En estas fechas hacemos evaluaciones, tanto laborales como personales, que dan sentido a un final de ciclo e inicio de otro, que se vive de forma muy diferente en la actualidad; con rabia, frustración e impotencia constante. Por esto, es necesario reconocer las emociones, querer manejarlas y buscar estrategias para no descargarlas con los seres queridos.

Reorganizarnos ha sido necesario; realizar compras por internet, enviar mensajes por redes sociales para acercarnos afectivamente, incluso, nos entretenemos de forma distinta. Sin embargo, la incertidumbre provocada por los constantes avisos de las autoridades sobre la pandemia, agrega dificultades a dicha planificación. El escenario del final de año y comienzo de uno nuevo se vuelve un contexto paradójico; nos sentimos exigidos con tener que responder al contexto social, llegamos cansados y sentimos que somos nosotros mismos quienes nos ponemos todos estos desafíos por delante.

ES EN ESTE PUNTO CUANDO NOS PREGUNTAMOS: “¿QUIÉN TIENE LA CULPA DE TODO ESTE PROCESO?”, PERO MÁS QUE BUSCAR CULPABLES TE INVITO A QUE BUSQUES EXPLICACIONES Y SOLUCIONES.

Puedes pedir ayuda a las nuevas generaciones respecto del manejo de la tecnología; puedes valorar el aporte de las mascotas al interior del hogar como una bella compañía dentro de este difícil período; puedes ver el lado mas luminoso de lo cotidiano en lugar de relacionarte con los aspectos sombríos y oscuros.

La mente siempre tiende a pensar de la misma forma; si has sido siempre sobre protector, frente a la angustia de este nuevo período, tenderás a serlo mas aún; si siempre has sido optimista, ahora también tenderás a serlo.

Desde esta mirada, ser optimista no significa hacer alegría de todas las vivencias, más bien se trata de ver soluciones a las dificultades. Es por esto que te invitamos a manejar el estrés desde una mirada de compañía y valorar que muchos nos encontramos en la misma posición. Y es por esta misma razón que, durante todo el año, te hemos impulsado a participar en diversas actividades de equipo.